Bebiendo Estrelas do Brasil
Inmersa en un paisaje encantador en lo alto de la sierra, a solo 15 minutos de la ciudad, con productos que al probarlos no dejan a ningún degustador indiferente, nos encontramos con Estrelas do Brasil. La empresa comandada por el enólogo Irineo Dall´Agnol que, junto a su socio - el también enólogo - Alejandro Cardozo, elaboran vinos y espumantes superiores, de partidas limitadas, que reflejan la pasión por lo que hacen.
Aquella famosa frase del monje benedictino Dom Perignon cuando afirmó "¡Venid rápido, hermanos! ¡Estoy bebiendo estrellas!" toma especial significado cuando, copa servida en mano, nos detenemos a apreciar las inquietas burbujas que, teniendo como fondo natural los cuadros de viñedos del Vale Aurora, invitan al disfrute.
Y lo mejor de todo esto es, que no es imprescindible hacer un viaje hasta la Champagne en Francia para disfrutar de burbujeantes de alta calidad en medio de paisajes que te dejen atónito. Bien más cerca de Uruguay, en pleno corazón de la Serra Gaúcha, el Distrito de Faria Lemos (Bento Gonçalves) nos proporciona toda esa emoción y placer que nuestros cinco sentidos pueden vivenciar.
El pasado mes de enero estuvimos por allí, y junto al propio Irineo estuvimos recorriendo las nuevas instalaciones (aún no inauguradas) de las amplias salas de degustación con vista panorámica, bar de vinos y cavas de crianza de botellas, que de aquí a poco estarán habilitas para recibir visitantes.
Luego de ese breve recorrido y mientras la soleada tarde de verano propiciaba el recibimiento de nuevas visitas en el establecimiento, nuestra degustación daba inicio con un muy refrescante Estrelas do Brasil Brut Chardonnay / Viognier 2021, un excelente método Charmat con coloración amarillo verdosa, muy limpio y de finas burbujas, con aromas florales, cítricos, de frutas como la manzana y el durazno, de agradable cremosidad y fresca acidez.
Ya entrando en el terreno de los productos elaborados por método tradicional - especialidad de la casa productora - llegó a nuestro cáliz el Brut Champenoise 2017, corte de vinos base Chardonnay, Pinot Noir, Riesling Itálico, y Viognier, con una larga autólisis de 50 meses, en los que se obtiene un burbujeante de aromas intensos y complejos, con notas de frutas cítricas, tonos mantecados, levaduras y especias. En la boca se destaca su cremosidad, muy buen equilibrio y larga persistencia en el paladar.
En la secuencia, uno de nuestros preferidos: el Extra Brut Rosé Pinot Noir 2017, producto con más de 4 años sobre levaduras, donde adquiere una complejidad tal que encanta a los apreciadores de lo bueno. Leve coloración rosa pálido, con intenso perlage, y sutiles aromas de frutas carnosas como el membrillo y el pomelo rosado, a las que se suma el recuerdo de cáscaras de frutas cítricas confitadas, y algunas leves notas lácticas. Con excelente frescura final, reflejada en una muy equilibrada acidez.
Producto diferente si los hay, es el Extra Brut Trebbiano 2016, que sorprende por su imponente potencial de maduración, y que luego de 58 meses sobre levaduras mantiene frescor, acidez, y una complejidad tal que lleva a pensar en esta variedad (muchas veces menospreciada). Espumante de finísimas burbujas, que luce frutas que recuerdan al limón siciliano, y a cáscaras cristalizadas de naranjas. Vibrante y muy balanceada acidez que le otorga largo y persistencia de paladar.
A medida que el sol bajaba, la complejidad de los productos degustados subía. Así fue que avanzamos con el Nature Champenoise 2017, otro de los burbujeantes que más reconocimientos y premiaciones les ha rendido a sus creadores. Una cuvée de cuatro vinos base que sufren una segunda fermentación y largo proceso sur lie de 50 meses, donde adquiere su intenso y fino perlage, aromas que recuerdan a frutos secos como las almendras y las avellanas, sutiles toques de miel, y leve toque ahumado, con gran cremosidad en boca, revelando un estilo totalmente gastronómico.
Para finalizar la experiencia, la cereza sobre la torta fue el Nature Rosé Pinot Noir 2017, que con su delicado color rosado tenue, abundantes e inquietas burbujas, y aromas terciarios (fruto del período de 50 meses en que se produce la autólisis) con notas de frutas secas y cristalizadas, sutil tono de café, e importante volumen en boca, refleja la vocación de un terruño. Terruño que, cuando bien trabajado, deja en evidencia el potencial que presenta la región no solo para productos jóvenes, sino también para maduros y complejos como en este caso.
Mayor información en www.estrelasdobrasil.com.br
Texto: Sommelier Daniel Arraspide
Fotos: Andrea Fontes