Viggiano Pieles 2020, un Albariño naranja inspirado en los vinos de los furanchos

05.10.2020

Es el primer blanco uruguayo de esta variedad vinificado con maceración de sus cáscaras. Su hacedor, el Enólogo Martín Viggiano - declarado amante de la vitivinicultura practicada en la región española de las Rías Baixas - se viene especializando y destacando con esta vinífera. Una apuesta de partida limitadísima, para consumidores que buscan lo diferente y exclusivo, digno de ser degustado.

Son parte de la nueva tendencia en el mundo del vino, aunque en Uruguay parecieran asomar de forma extremadamente tímida, pues hasta el momento sobran los dedos de una mano para contar los que han visto la luz. Hablamos de los vinos naranjas, y en el caso concreto de este que reseñamos, un ''BLANCO DE MACERACIÓN'' como prefiere llamarlo su autor.

Lo cierto es que se trata de vinos blancos en los que, durante su elaboración, mientras se da la etapa de fermentación (y en algunos casos también parte o la totalidad de su crianza) los hollejos de las uvas están en contacto y maceran junto con el líquido, como si se tratara de un vino tinto. Ello suele aportar no solo color, sino también cuerpo, aromas, y hasta taninos a los vinos así obtenidos.

Los hay de una gran diversidad de cepas, desde los elaborados con las tradicionales y conocidas Sauvignon Blanc y Chardonnay, hasta los de uvas menos comunes como la Ribolla Gialla (que utiliza el enólogo Josko Gravner - un referente mundial en este tipo de elaboraciones - en su bodega localizada al Norte de Italia en la región de Friuli-Venezia Giulia)

Ahora, cuando pensamos en Albariño, sin dudas el referente a nivel mundial es Galicia, y dentro de esta Comunidad Autónoma de España, la región delimitada por la D.O Rías Baixas, donde se vinifica con esta uva a diferentes escalas, desde pequeñas bodegas hasta grandes industrias, sin olvidar la nada despreciable cantidad de furanchos(*) en los que también se elabora y sirve en las tradicionales cuncas(**)

¿Pero cómo es el Viggiano Pieles 2020? Su color es dorado con reflejos cobrizos muy brillantes, su perfume es frutal y especiado, trayendo recuerdos de manzana roja madura, aceite de coco, canela, y algo herbáceo, con un sutil toque de miel. En la boca es amplio, voluminoso, con un leve tacto tánico, y final largo con acidez bien equilibrada. Ideal para beber no muy frío, en el entorno de los 12 grados. Lo probamos acompañado de una empanada gallega elaborada con merluza, y aunque no contábamos con cuncas para degustarlo, en las copas este vino se lució de maravillas.

(*) Los furanchos son en esencia, casas particulares que disponen de un lugar habilitado para recibir visitantes a los que se les sirve el vino elaborado in situ por la propia familia, y tapas tradicionales de la culinaria local gallega como tortillas, quesos, chorizos, carnes de olla, mariscos, pescados, y otras preparaciones caseras.

(**) La cunca (estampada en la etiqueta del Viggiano Pieles 2020) es un recipiente confeccionado normalmente de cerámica (a veces recubierto por porcelana) donde es servido el vino en los furanchos gallegos.


Texto: Sommelier Daniel Arraspide