Viñedos y Olivares del Quintón levanta alto la vara del Malbec uruguayo
La novel bodega localizada en las cercanías de Tarariras (Colonia) apuesta todas sus fichas a una variedad que hasta el momento no había dado grandes vinos en Uruguay. Sumado a ello, una muy atractiva propuesta de olivo y enoturismo que persigue el disfrute de quien visita este lugar, logra llamar la atención de los amantes de la buena vida. Este domingo 6 de diciembre visitamos el establecimiento, conocimos su almazara y bodega, charlamos durante horas con su Agrónomo y su Enólogo, mientras probamos sus aceites y vinos, productos muy bien logrados y que sin dudas, darán mucho que hablar.
El despejado cielo de domingo, la linda carretera nacional número 50 (que conecta la Ciudad de Colonia del Sacramento, luego de dejar atrás la ruta número 1, con la localidad de Tarariras) el verde del paisaje salpicado por ganado lechero y bellos cascos de estancias, configuraron un deleite para lo visual en un viaje de no más de 30 minutos desde nuestro hotel en el casco viejo coloniense hasta Viñedos y Olivares del Quintón, nombre con el cual se hace honor a la naciente del Arroyo Quintón.
Establecimiento propiedad del matrimonio integrado por el médico argentino Marcelo Álvarez y su esposa Virginia Chivetti, que en el año 2011 decidieron comprar tierras en esta zona del Suroeste uruguayo, y que poco después plantaron con olivares que cultivan en alta densidad, y más recientemente con un viñedo de 7 hectáreas dedicado a la variedad francesa Malbec en el que incluyeron unas poquitas filas de Syrah.
El establecimiento cuenta con un exhaustivo trabajo a cargo del Ingeniero Agrónomo Martín Chivetti (también argentino, y a su vez sobrino del matrimonio propietario) que en estos últimos tiempos rediseñó la conducción tanto de olivares y viñedos, con la finalidad de obtener mejor y más constante calidad zafra a zafra. Algo que en esta campaña 2020 ya dejó sus frutos, cosa que claramente el equipo técnico puede verificar al analizar los vinos y aceites obtenidos.
Recibidos por el propio agrónomo, recorrimos primero el campo donde observamos los lindos árboles de las variedades Arbequina, Coratina, Frantoio, y Picual, de donde obtienen las aceitunas con las que elaboran solamente Aceite de Oliva Virgen Extra que envasan con l a marca Piedras del Olivar, que pudimos degustar y simplemente nos resultaron excelentes en sus tres versiones.
Luego llegó el momento de conocer la bodega, una moderna y muy funcional planta de elaboración al mejor estilo boutique con capacidad para fermentar un máximo de 60.000 litros en tanques troncocónicos de acero inoxidable con controles de temperatura, y una muy buena cantidad de barricas de roble (mayormente francés) que ronda las 200 unidades. Todos sus vinos pasan por crianza en barricas, a excepción de un Malbec joven cosecha 2020 que estará viendo la luz a nivel comercial en los próximos días, sumándose a las dos etiquetas ya comercializadas.
Pero si esta visita tuvo en punto realmente alto y valorable para nosotros como comunicadores, ese fue el de poder conocer in situ - además de charlar largo y tendido - al enólogo Rolando Lazzarotti, un veterano en estas ciencias enológicas, que amén de profesional, es simpático y viajado, todo lo que se necesita para conocer este mundo del vino y no estar demostrándolo desde un currículum, sino con los propios vinos que él elabora, servidos en una copa, mejor todavía conversación frente a frente.
Así que compartiendo cosas ricas (que el propio enólogo había preparado) comenzamos por el Bruna Malbec Reserva 2018, un muy bien logrado Malbec, claro está, diferente a los que solemos consumir made in Mendoza (Argentina) y que en este terruño nacional encuentra una expresión auténtica, con muy buena fruta sin excesos de sobremadurez. Carnosidad, fruta roja, nervio de acidez bien balanceada, y grato final. Sorprendente que no se lo tenga que maridar con carnes rojas grasas, sino que se casa muy bien con quesos cremosos blandos, con humus, babaganush, y otras cositas más que supimos probar junto a Martín y Rolando.
Luego se descorchó el Bruna Insignia Malbec - Malbec Reserva 2018, un tinto que sigue el mismo estilo del anterior, pero intensificando todo bastante más, desde el color hasta la concentración aromática, su tiempo en barricas, y claro, su cuerpo además del potencial de guarda. Intenso pero no agresivo (si bien sus taninos están presentes) es un Malbec muy agradable, fruto de una gran vendimia, y del que sus hacedores están muy orgullosos. Lo probamos con varias cosas, y nos encantó con unos pinchitos de ciruelas pasas envueltas en panceta ahumada.
Sin ninguna duda, un lugar con vinos especiales, donde han logrado una expresión del Malbec que hasta el momento no habíamos experimentado antes en los vinos de esta variedad elaborados en el país, y que sin dudas irá creciendo como proyecto, dando nuevos productos a partir de esta cepa, y demostrando que con esfuerzo, trabajo, pasión, e inversión, cuando se quiere, se puede!
Mayor información sobre Viñedos y Olivares del Quintón en www.vyodelquinton.com
Texto: Sommelier Daniel Arraspide
Fotos:
Andrea Fontes y D. Arraspide